Teléfonos: Oficina de turismo
985 763 758985 763 649985 763 410
Datos básicos
Clasificación: Etnografía
Clase: Datos básicos
Tipo: Gastronomía típica
Comunidad autónoma: Principado de Asturias
Provincia: Asturias
Municipio: Somiedo
Parroquia: Pola de Somiedo
Entidad: Pola de Somiedo
Comarca: Comarca del Camín Real de la Mesa
Zona: Occidente de Asturias
Situación: Montaña de Asturias
Dirección: Villa de Pola de Somiedo
Código postal: 33840
Cómo llegar: Gastronomía típica del Concejo de Somiedo
Dirección digital: 8CMM3PVV+2H
E-mail: Oficina de turismo
E-mail: Ayuntamiento de Somiedo
Sobre Somiedo: Osos y urogallos, cinco valles, aldeas vaqueiras, raza asturiana de los valles, ‘cabanas de teito', un Pueblo Ejemplar —Villar de Vildas—, Parque Natural y Reserva de la Biosfera. Así es Somiedo, un modelo de conservación de la naturaleza.
Catalogado: Guardianes de la Biosfera
Tipo de turismo: accesible, activo, arqueológico, camping, carreras de montaña, descanso, espacios protegidos, gastronómico, lgtb, montaña, monumental, ornitológico y rural.
Gastronomía típica del Concejo de Somiedo
Nota: La foto que mostramos es sólo a efectos ilustrativos. Si observa algún error en el contenido, agradecemos use el formulario que hay a pie de página.
Descripción:
El concejo de Somiedo se ha hecho con un patrimonio gastronómico envidiable, por la convergencia de distintos factores: las condiciones naturales, la confluencia de culturas, el contacto con la montaña leonesa, etc.
Las materias primas de la cocina somedana tradicional procedían, fundamentalmente, de la huerta y, en mayor medida, del cerdo o gocho (cuya matanza, el samartino, continúa manteniendo su ritual).
El contundente pote de berzas cocidas con patatas (patacas) y el no menos fuerte pote de nabizas, ambos con acompañamiento del compango (chorizo, morcilla, tocino...), son dos de los platos estrella.
Los embutidos, por su parte, garantizan una variedad y calidad admirables.
Dentro de capítulo de carnes, asombra la extraordinaria carne roxa, criada en los puertos, fundamento de sublimes recetas. Una aportación sobresaliente de los pastores trashumantes de Extremadura a la riqueza gastronómica somedana es el frite, fritada o caldereta de cordero o cabrito; aquéllos «cocían la carne con agua, aceite, ajo, perejil, cebolla, pimentón, y vino blanco para freírla a continuación» (Juan Martín). Las piezas cobradas en temporada de caza, concretamente rebeco, corzo y jabalí, tienen, también, gran aceptación entre los amantes de la buena mesa; se preparan bien cocidos con patatas, mientras el jabalí, además, es preparado en El Valle de forma parecida al frite.
No les van a la zaga en exquisitez las riquísimas truchas de sus ríos, fritas bien solas o con tocino (toucín), cuya comercialización está actualmente prohibida.
Pero las buenas propuestas se suceden: panes de escanda y trigo, empanadas con rellenos varios, chanfainas, miel y polen del lugar, castañas asadas o cocidas con leche o vino, quesos...
Los maravillosos postres de estas tierras son la mejor guinda a toda buena comida: el popular arroz con leche, requemado con un gancho calentado al fuego; el dulce de leche, crema hecha con leche cocida y azúcar; las galletas de la nata de la leche, fritas en aceite o cocidas en el horno, que llevan nata bien batida, azúcar y harina; la tortilla de leche; el requeisón (requesón) o cuachada (cuajada); los freisuelos, tortas dulces y finas, propias del antroido o carnaval, elaboradas con harina de trigo, leche y huevos, que llevan por encima un ligero baño de azúcar y se presentan a los comensales ya listas para enrollar, ya enrolladas en espiral; los florones, una variedad de los freisuelos; las queisadietchas o bollinas, pastas típicas de Nochebuena hechas a base de harina de trigo, agua y mantequilla, que llevan relleno de nueces o avellanas, y azúcar, friéndose todo ello seguidamente; los mazapanes o bizcochos; o los borrachinos, preparados con migas de pan y huevo batido, fritos a cucharadas, cocidos luego con leche o vino blanco, y finalmente enriquecidos con azúcar y canela.
Historia de Somiedo
En Somiedo se encuentran aún formas originales de vida que han servido a sus gentes, a lo largo de los siglos, para explotar, modelar y, en definitiva, hacer habitable una naturaleza que impone duras condiciones para su «domesticación», de la que posiblemente fueron pioneros pueblos agrícolas y ganaderos del prehistórico periodo Neolítico, aunque los vestigios arqueológicos más antiguos del concejo correspondan a la posterior Edad de Bronce (2.000 antes de Cristo); de entonces son varios túmulos, como el hallado en las proximidades de El Coto de Buena Madre (El Couto), o el hacha de talón y anillas descubierto en Santullano, lugar perteneciente a la parroquia de Pigüeces.
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Referencia
AR0TA44 05A3B9W B26XWY4 D4WY6W9
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